A recoger castañas!
- Sofia & Pep Blay
- 20 oct 2018
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 23 ene 2019
Este año celebraremos la Castañada con las castañas que yo misma he recogido en el Montseny, en el bosque del Sot de l'Infern. Ha sido emocionante! Y hemos pasado por la Fira del Bosc de Sant Celoni

Escuchad a Sofia y a su papá Pep hablando de esta experiencia en el programa de radio infantil ICATKIDS en Icat FM-Catalunya Ràdio. Sábados y domingos de 10 a 11h, sección EN MARXA PAPES
Desde que empezó el otoño, papá quería ir a buscar setas. A mi me gustaba la idea, porque eso significaba una excursión al bosque. Sin embargo, los fines de semana pasaban y no encontrábamos la ocasión. Hasta nos dimos cuenta de que quedaba poco más de una semana para la noche de la Castañada –que también es la noche de Halloween, el 31 de Octubre– i a papá se le ocurrió: "¿qué te parece si este año celebramos la Castañada con nuestras castañas? En lugar de comprarlas, las vamos a recoger nosotros!" Me encantó la idea! Y entonces añadí: "Y ya que iremos al bosque, aprovecharemos la excursión para buscar setas."
Pues venga, ya nos ves a los dos el sábado por la mañana levantándonos de la cama muy pronto, con ropa de recambio en la mochila y mi cesto para recoger castañas y setas, hacia las montañas del Montseny. En el coche escuchamos la canción de Boletaires, que es como un himno a los excursionistas de un músico que le gusta mucho a papá y se llama Sisa.
Pero los planes cambiaron cuando llegamos a Sant Celoni. En este pueblo, de donde salen muchas excursiones al Montseny, nos encontramos con la Fira del Bosc.

En el parque de la Rectoria Vella, que es donde empieza el bosque, estaban a punto de empezar juegos y actividades para los niños relacionadas con los árboles y la naturaleza.
Y como nosotros llegamos muy pronto –aún la estaban abriendo!– me pude inscribir la primera en todos los talleres, sin hacer cola. Fui la primera niña de toda la feria que se maquilló de hada!
También fui la primera que se estrenó en los caballitos! Todos para mi sola! Eran unos caballitos que no funcionaban con electricidad, sino gracias a un señor que pedaleaba en bicicleta. Decía que no se cansaba mucho, y eran completamente ecológicos! En la Fira del Bosc hay energías alternativas!
La Fira del Bosc de Sant Celoni es acogedora para los niños. Es un fin de semana de actividades junto al bosque que están relacionadas con los árboles y el otoño en la naturaleza
El primer taller no quería perdérmelo por nada del mundo: hacer un Arbol Mágico con barro. Duró tres cuartos de hora per se me pasaron como cinco minutos.
Yolanda nos enseñó a doce niños cómo modelar el barro natural, con tanta habilidad que ni yo misma me creía que había hecho un arbol tan chulo! Era mágico de verdad!

Cuando terminé el taller, ya había ambiente, habían llegado muchos niños al a Fira. Papá y yo cantábamos Màgic, la canción de Joan Colomo, que es de Sant Celoni. Com dice la letra, todo nos parecía mágico y maravilloso!
Y entonces, como por arte de magia, me encontré a Lea, una de las mejores amigas de escuela, con su hermanito Teo y su papá, Santi. Y yo ya no quería irme de la Fira del Bosc.
Papá llevaba rato diciendo que quería ir al bosque a buscar setas y recoger castañas, y yo tenía ganas de pasármelo bien con mis amigos. Jugué con arcilla polimérica, grabé mi nombre con un piro-grabador en un llavero de madera, escuché una cuenta cuentos...
También aprendí a hacer jarabe de saüco. Esto nos lo enseñó una chica de Olieu, una empresa que se dedica a la artesanía y a los remedios con plantas naturales. Me moló mucho porque me llevó un potecito de jarabe que hice yo misma: así el día que me costipe y tenga tos me curaré con un remedio que habré hecho yo!
Los Food Tracks son pequeños restaurantes en caravanas que se alquilan en ferias y fiestas de pueblos. A los niños nos gusta comer al aire libre! Y a menudo sirven platos bio
De pronto, encontré una seta. Una seta muy grande, tanto que me hice una foto. Sin embargo, no creáis que era de verdad: era una estatua que habían puesto unas caravanas de food-track para atraer a la gente. Y me entró hambre. Y papá dijo: ya no vamos a buscar setas, al menos podrías probarlas, a ver si te gustan. Y comimos un bocadillo que se llamaba Pepito Tocat del Bolet (algo así como Pepito Loco), que era de ternera ecológica con setas. Era la primera vez que comía setas que no fueran champiñones, y el gusto me sorprendió, le dije a papá que me recordaban a la carne frita!
De postre nos partimos un gofre gigante que vendían en otra caravana. La señora que las hacía nos dijo que no tenía gluten, que era de harina de arroz y de maíz, y la crema de chocolate también lo hacía ella en su casa, sin lactosa. Y estaba riquísimo!

Seguí jugando en el parque con Lea y Teo, hasta que nuestros papás tomaron una decisión. Aprovechando que el tiempo era bueno y habíamos comido pronto –aún eran las tres–, iríamos a recoger castañas al Sot de l'Infern. La idea de las setas ya estaba descartada. Santi, que sabe de montanya, dijo que buscar setas cerca de Sant Celoni un sábado por la tarde en plena temporada era perder el tiempo. O se va muy pronto por la mañana y a un lugar poco conocido, o no se encuentra nada.
En cambio, la idea de las castañas nos entusiasmaba. Y ya nos ves dentro del coche gritando todos la canción de los AC/DC Highway to Hell, que significa autopista al infierno. Como ibámos al Sot de l'Infern! (el Hueco del Infierno). A mi me encantaba pensar que las castañas que comeríamos por Halloween vendrían del infierno!
El Sot de l'Infern es una ruta circular por los bosques del Montseny entre castaños y riachuelos. La excursión dura de 1 a 2h, pero no cansa mucho y las castañas no se acaban!

Papá aseguraba que era un bosque muy bonito y muy fácil de caminar para los niños. La ruta circular –y eso significa que no había falta volver por el mismo camino– dura una hora y media.
Claro que hay que añadir el tiempo de recoger castañas!
El párking de la entrada estaba bastante lleno de coches. Santi se asustó, decía qu poca castaña encontrarían.

A papá le preocupaba más que no pudiésemos caminar tranquilos, decía que quería oír el sonido de la naturaleza y no el de la gente.
Por suerte, la mayoría estaban volviendo. Y cuando preguntábamos, todos nos decían que aún quedaban castañas!
Lea, Teo y yo cogimos bolsas y cestos y entramos en el bosque siguiendo las indicaciones.
Pronto entendí por qué le llaman Sot de l'Infern: es un llano que hay al final de una bajada, com si descendiésemos por un agujero gigante en la montaña.
Es muy chulo, y a veces se cruzan riachuelos que hay que atravesar pisando piedras grandes, o a veces puentecitos. Es una aventura!

La ruta estaba llena de castaños, sobre todo de castaños viejos, según nos contó Santi. Y claro, por el camino íbamos pisando esa especie de bolas de pinchos de donde salen las castañas, aunque vacías. Eso no me daba buena espina.
Íbamos con un bastón que, aparte de ayudarnos a caminar, nos servía para comprobar, sin pincharnos, si dentro quedaba alguna.
Nuestra impaciencia por encontrar castañas nos hacía correr, y en algún momento dudamos de si pondríamos ninguna en el cesto. De hecho, durante los veinte primeros minutos no vimos ni una.
Entonces Santi nos propuso salir del camino y nos metimos entre los árboles. Hacía bajada y teníamos que ir con cuidado de no resbalar. Me parecía como si hubiera entrado en un cuento de brujas! En pocos minutos, Santi gritó: "Mira!" Y encontramos las primeras castañas.

Aunque había pocas, nos hizo mucha ilusión. Lo que no nos imaginábamos es que, cuanto más avanzásemos, más encontraríamos. En cada árbol que escudriñábamos recogíamos más, y más, y más...
Cuando nos dimos cuenta, estábamos completamente rodeadas de castañas. Yo estaba tan emocionada que grité de alegría!!! Viva!!!
Cantamos todos juntos Marrameu torra castanyes y llenamos todos los cestos. había de sobras para celebrar la Castañada con todos nuestros amigos!
Lea y yo pensamos que quizás las podríamos vender. Aunque al final decidimos que mejor compartirlas con la familia. La verdad es que lo que más mola no es tener castañas, sino recogerlas!
Montseny es un pueblo con gran encanto para alojarse. En el fin de semana en que Sant Celoni celebra la Fira del Bosc, allí se hace la Fira dels Bolets (Setas). Un doblete de otoño genial!

Ya de vuelta, fuimos a merendar al pueblo que se le llama Montseny. Allí hay una explanada con un mirador desde donde se ve la puesta de sol sobre las montañas. El paisaje es espectacular.
Y el pueblo es encantador. Venden una miel casera delicioso, a mi que me gusta tanto la miel! Además, vimos un cartel donde decía que el domingo se celebraba la Fira dels Bolets! (La Feria de las Setas!)

De pronto papá pensó que sería genial quedarse a dormir, hay casas rurales a buen precio, pequeños hostales, el cámping de la Font Martina... nos levantaríamos de madrugada para ir a buscar setas y pasaríamos el día en la Fira. Un fin de semana de castañas y setas!
Pero no podía ser: el domingo celebrábamos el cumpleaños del abuelo y no podíamos faltar. Además, Santi tenía compromisos.
Así que abandonamos la idea. Y Lea, Teo y yo nos quedamos jugando con los árboles del Montseny hasta que se fue el sol. Cuando lo pienso, los árboles fueron nuestros compañeros todo el día!

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